sábado, 16 de mayo de 2009

MALTRATO ANIMAL

“Quien asume la tortura y el asesinato de otros seres como algo ajeno, es tan responsable como el torturador y el asesino” Isaac Bashevis
Por Diana Ramírez
La gente repudia los actos violentos dentro de una comunidad, la mayoría de personas reconocen que el maltrato a otro ser humano es inaceptable y pone en peligro a todos, pero aún así no reconocen que cualquier acto en agresión a cualquier ser vivo es inadmisible e ilegal.
De esta forma está estipulado, en la Constitución colombiana, una serie de artículos que contemplan los derechos fundamentales de las personas, y uno de los principales es el derecho a la vida. Tal como se estipula, ningún ser humano debe ser sometido a trato crueles, debería estipularse lo mismo para los animales, debería constatar que el maltrato a éstos seres vivos ponen en declive a todos.
El ser humano siempre ha tenido la visión de suplir sus necesidades, y desde la prehistoria, ha venido cazando a los animales para suplir su hambre, y alimentarse; quizá muchas personas vayan en contra de esto, y sería de gran disputa este tema: muchos convergen en que los animales fueron creados para suplir las necesidades del hombre; otros, piensan que al agredir a un animal, se está cometiendo el mismo delito que agredir a un ser humano. Lo que si está claro es que como seres vivos debemos respetar a los otros habitantes del planeta, si bien es cierto que por año nos alimentamos comiendo la carne de la vaca, el pollo, las gallinas, la leche, los huevos, y entre otros, no es una necesidad del ser humano vestir ropa de cuero, de plumas, vestir pieles de animales.
De esta manera según Albert Schweitzer, teólogo, filósofo, médico entre otros, "Cualquiera que esté acostumbrado a menospreciar la vida de cualquier ser viviente, está en peligro de menospreciar también la vida humana".
Según The Economist, en un artículo publicado el 14 de mayo del año en curso, y titulado “Political animals, European politicians are breathtakingly hypocritical about sealskins”, donde El tema principal es que son varias las organizaciones no gubernamentales que luchan por el bienestar del medio ambiente, del ecosistema; a la hora de salvar a los animales, fracasan en el intento, pues no hay ayuda política y económica que son las fuerzas mayores para llevar a cabo cualquier movimiento y ganar adeptos a la causa.
Pero realmente es más lo que hablan que lo que hacen éstos políticos, según la revista The Economist, la Europa industrial sacrifican todos los días ovejas, vacas y cerdos, lo que denuncian es que al sacrificarlos, muchos animales pueden despertar varias veces conscientes, pues el número de animales sacrificado es grande, por lo tanto, no se le presta la debida atención a uno, cuando la línea que debe matar es de 5 animales por segundo.
Según la resvista, la mayoría de las focas se casan para aprovechar sus pieles; y aunque no haya una ley que prohíba el acto, existe una gran preocupación, por parte de todas las Organizaciones en contra de la explotación animal, de cómo son torturados para usar su piel, cómo les quitan el pelaje a ciervos, jabalíes, focas estando vivos y “concientes que se les degolla la garganta”.
En Colombia la tortura animal es el lo que padecen las aves en los galpones, en el matadero las vacas, en los zoológicos los animales sin su libertad, los toros en lo comúnmente conocido como “cultura”, quizá el arte de matar, ver sufrir y decir:“oooooole”La misma sociedad debería repudiar éstos hechos, y sentar cabeza para pensar en que somos unos habitantes más del planeta tierra y debemos compartirla junto a otros seres vivos. Los seres humanos somos también animales sólo que a diferencia de los “otros”, nosotros razonamos, ¿para qué? Para matarnos entre nosotros, destruir lo que ya está creado o lo que el mismo hombre ha creado, razonamos para estar por arriba del otro, razonamos para darle prioridades a nuestros intereses sin mirar el de otros. La política debería ir de la mano a las Organizaciones no gubernamentales que defienden el derecho de vivir de los animales.

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